miércoles, 25 de noviembre de 2015

LOS CABALLEROS DE LA SIERRA. LA PRIMERA GUARDERIA FORESTAL DE CASTILLA EN LA BAJA EDAD MEDIA. Alejandro García


    Este oficio se documenta por primera vez en el Fuero de Molina de Aragón de 1152, llamada entonces bajo dominio de la Corona de Castilla, "Molina de los Caballeros" denominación posiblemente relacionada con este cargo.

    La figura del Caballero de la Sierra proviene de la organización foral de los territorios de Castilla en época bajo medieval. El requisito para desempeñar esta función era tener caballo, armas y casa en la Villa.

    Uno de los numerosos oficios que tenían los Concejos Castellanos era el de Caballero de la Sierra, por lo que se trataba de un cargo esencialmente castellano, existían también figuras con similares funciones en el Reino de Aragón pero no con esta denominación.

  La cantidad de Caballeros dependía de la extensión territorial del Alfoz, además de su relevancia forestal y fronteriza con otros reinos, normalmente el número oscilaba entre dos y cuatro Caballeros.
   Su mandato era anual y el sistema de reelección variaba según los Concejos. Las ordenanzas posteriores ampliaron progresivamente sus funciones, añadiendo también la guarda de los bienes comunales del Concejo y algunas de las tareas encomendadas a los Caballeros de la Nómina, con el tiempo, pasaron a ser desempeñadas por los Caballeros de la Sierra.

    Una de sus funciones mas importantes era la llamada "vuelta de los mojones", sobre todo en las zonas de Castilla fronterizas con otros reinos. Los Caballeros de la Sierra en número de tres o cuatro seguían la línea fronteriza observando el estado de los mojones pues muchos eran derribados por los habitantes del Reino limítrofe. A parte de esta función también vigilaban y protegían las Tierras del Concejo, tenían la custodia de montes, dehesas, pastos, fuentes, ríos, caminos, cañadas, pesca, caza y protección de ganados fronterizos. Vigilaban la tala de encinas y pinos y cobraban el montazgo a los ganados que entraban en el Concejo. 

    Por todo lo expuesto no sería atrevido afirmar que estamos ante los orígenes de la actual figura de los Agentes  Medioambientales.