Este oficio se documenta por primera vez en el Fuero de Molina de Aragón
de 1152, llamada entonces bajo dominio de la Corona de Castilla,
"Molina de los Caballeros" denominación posiblemente relacionada con
este cargo.
La figura del Caballero de la Sierra proviene de la organización foral
de los territorios de Castilla en época bajo medieval. El requisito para
desempeñar esta función era tener caballo, armas y casa en la Villa.
Uno de los numerosos oficios que tenían los Concejos Castellanos era el
de Caballero de la Sierra, por lo que se trataba de un cargo
esencialmente castellano, existían también figuras con similares
funciones en el Reino de Aragón pero no con esta denominación.
La cantidad de Caballeros dependía de la extensión territorial del
Alfoz, además de su relevancia forestal y fronteriza con otros reinos,
normalmente el número oscilaba entre dos y cuatro Caballeros.
Su mandato era anual y el sistema de reelección variaba según los
Concejos. Las ordenanzas posteriores ampliaron progresivamente sus
funciones, añadiendo también la guarda de los bienes comunales del
Concejo y algunas de las tareas encomendadas a los Caballeros de la
Nómina, con el tiempo, pasaron a ser desempeñadas por los Caballeros de
la Sierra.
Una de sus funciones mas importantes era la llamada "vuelta de los
mojones", sobre todo en las zonas de Castilla fronterizas con otros
reinos. Los Caballeros de la Sierra en número de tres o cuatro seguían
la línea fronteriza observando el estado de los mojones pues muchos eran
derribados por los habitantes del Reino limítrofe. A parte de esta
función también vigilaban y protegían las Tierras del Concejo, tenían la
custodia de montes, dehesas, pastos, fuentes, ríos, caminos, cañadas,
pesca, caza y protección de ganados fronterizos. Vigilaban la tala de
encinas y pinos y cobraban el montazgo a los ganados que entraban en el
Concejo.
Por todo lo expuesto no sería atrevido afirmar que estamos ante los
orígenes de la actual figura de los Agentes Medioambientales.